Un franciscano construye un campo de fútbol en Honduras para
que los jóvenes no caigan en la droga
En Juticalpa, Honduras, en la región de Olancho, un estadio
de fútbol está siendo construido bajo la conducción de un franciscano nacido en
Malta. Se trata del padre Alberto Gucci, quien con una inversión hasta el
momento de 31 millones de lempiras, está dándole una de las obras de mayor
orgullo de los habitantes de Olancho.
Que los jóvenes tengan dónde jugar
Hace cinco años que la obra comenzó, quizá como un sueño
para los jóvenes. “Aquí, en Olancho, lo de la droga es un gran problema; los
jóvenes se pierden por andar en ésas cosas, y como Iglesia, tenemos que ayudar
a solventar el problema y qué mejor que haciendo una instalación para que ellos
tengan dónde jugar”, ha dicho el padre Alberto.
En los últimos años, Honduras se ha convertido en una de las
potencias futbolísticas de Centro América, al grado tal de pelearle al tú por
tú a la selección mexicana y a la de Estados Unidos los primeros lugares en los
hexagonales clasificatorios de la Concacaf (la Confederación que une a los
equipos de Norte y Centro América y El Caribe) para el Mundial de Futbol de
Brasil el próximo año.
Aprovechando la efervescencia futbolística en Honduras, el
padre Alberto ha decidido dotar a los jóvenes de Olancho de una infraestructura
profesional, para que puedan jugar y alejarse de la droga y de las pandillas,
dos problemas que sacuden Honduras hoy mismo.