Francisco señala que Jesús, además de Salvador de los
hombres, es también intercesor ante el Padre
Jesús sigue orando e intercediendo por nosotros, mostrando
al Padre el precio de nuestra salvación: sus llagas.
Lo dijo el Papa Francisco en la misa de la mañana en la Casa
de Santa Marta, en el día en que la Iglesia celebra los santos apóstoles Simón
y Judas, el 28 de octubre.
En el centro de la homilía del día estaba el pasaje del
Evangelio en el que Jesús pasa toda la noche orando al Padre antes de elegir a
los Doce Apóstoles.
“Jesús compone su equipo” - subrayó el Obispo de Roma - y
luego se encuentra rodeado por una gran multitud de gente “llegada para
escucharlo y ser curada” porque “de Él brotaba una fuerza que sanaba a todos”.
Son las “tres relaciones de Jesús” - observó Francisco:
- Jesús con el Padre,
- Jesús con sus apóstoles
- y Jesús con la gente”.
El Papa quiso destacar que Jesús oraba al Padre por los
Apóstoles y por la gente. Y aún hoy reza.