El papa Francisco encendió y bendijo este domingo desde
Roma, el árbol de Navidad y el pesebre que los frailes instalaron en la plaza
de la Basílica inferior de San Francisco en la localidad italiana de Asís.
Para la ocasión, los franciscanos trajeron una barca
proveniente de Lampedusa, que salvó la vida de nueve ciudadanos tunecinos. La
balsa de casi siete metros pretende ser una representación de todas las
embarcaciones que transportan a migrantes y refugiados rumbo a Europa. Ya que,
los frailes quieren rendir este año un especial homenaje a todas las personas
que huyen de la miseria, el odio, la violencia y la guerra.