En la homilía de Misa matutina en Santa Marta, el Papa
Francisco manifestó que Dios es incapaz de renegar de su pueblo, al que ama
como una madre, y recordó que el sacramento de la penitencia no es como ir a la
tintorería.
“Este es el amor de Dios, como el de una madre. Dios no se
olvida de nosotros. Nunca. No puede, es fiel a su alianza. Esto nos da
seguridad. De nosotros podemos decir: ‘Pero mi vida no es tan buena. Estoy con esta
dificultad, soy pecador, una pecadora’. Él no se olvida de ti, porque tiene
este amor visceral, es padre y madre”.