"Yo soy Rey. Para esto nací, para esto vine al mundo,
para ser testigo de la Verdad" (Jn 18, 36-37). Con la Solemnidad de Cristo
Rey, la Iglesia Católica concluye el Año Litúrgico recordando a los fieles y al
mundo que nadie y ninguna ley está por encima de Dios.
La Solemnidad fue instituida por el Papa Pío XI en 1925 y
celebra a Cristo como el Rey bondadoso y sencillo que como pastor guía a su
Iglesia peregrina hacia el Reino Celestial y le otorga la comunión con este
Reino para que pueda transformar el mundo en el cual peregrina.