Franciscano, mártir de la caridad
«El hombre que confió en la Inmaculada. Franciscano, mártir
de la caridad. Se ofreció como víctima en el campo de concentración de
Auschwitz para salvar a un padre de familia. Había fundado la Milicia y la
Ciudad de la Inmaculada»
De él dijo Juan Pablo II que «hizo como Jesús, no sufrió la
muerte sino que donó la vida». Poco antes de la invasión de Polonia, el santo
había escrito: «Sufrir, trabajar y morir como caballeros, no con una muerte
normal sino, por ejemplo, con una bala en la cabeza, sellando nuestro amor a la
Inmaculada, derramando como auténtico caballero la propia sangre hasta la
última gota, para apresurar la conquista del mundo entero para Ella. No conozco
nada más sublime». Dios le tomó la palabra.