Contemplación, cercanía, abundancia: son las tres palabras
en torno a las cuales el Papa Francisco centró esta mañana su homilía de la
Misa celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Santo Padre reafirmó
que no se puede comprender a Dios sólo con la inteligencia, y subrayó que “el
desafío de Dios” es “comprometerse” en nuestras vidas para curar nuestras
llagas, precisamente como ha hecho Jesús.
Inspirándose en la Primera Lectura de hoy, que corresponde a
un pasaje de la Carta de San Pablo a los Romanos, el Papa explicó que la
Iglesia, “cuando quiere decirnos algo” sobre el misterio de Dios, usa sólo una
palabra: “maravillosamente”. Porque este misterio, dijo, es “un misterio
maravilloso”:
“Contemplar el misterio, esto que Pablo nos dice aquí, sobre
nuestra salvación, sobre nuestra redención, sólo se comprende de rodillas, en
la contemplación. No sólo con la inteligencia. Cuando la inteligencia quiere
explicar un misterio, siempre – ¡siempre! – ¡se vuelve loca! Y así ha sucedido
en la historia de la Iglesia. La contemplación: inteligencia, corazón,
rodillas, oración… todo junto, entrar en el misterio. Esta es la primera
palabra que tal vez nos ayude”.