CARTA PASTORAL DEL OBISPO. Sois necesarios queridos hermanos
sacerdotes. Hacen faltan sacerdotes para que haya Eucaristía para que haya
Iglesia, para que haya laicos entregados a la implantación del Reino de Dios en
el mundo, para que haya vocaciones a la vida consagrada y a la acción
misionera, para gustar y ver qué bueno es el Señor y como nos ama.
Sin ellos —sin vosotros— sin sacerdotes buenos y santos,
pastores conforme al corazón de Dios no habrá futuro para la Iglesia y la misma
sociedad. Con sacerdotes gozosos de su vocación podremos tener también
seminaristas. En el día del seminario particularmente agradecemos que el Señor
haya suscitado este mismo curso el primer seminarista mayor —Álvaro es su
nombre— preparado y orientado desde el seminario menor en familia.