
Preparados con mucha
delicadeza por su catequista, Concha Carretero, y acompañados por sus padres y
familiares, y arropados por la comunidad parroquial representada con los
catequistas y el coro de niños, celebraron una fiesta preciosa: La fiesta del
perdón.
D. Andrés de la Calle,
nuestro párroco, a partir de la Parábola de la Oveja Perdida, les habló de la
misericordia de Dios y como Dios es Padre que nos perdona y nos cuida.

Con la alegría del
perdón, les impusieron una cruz y lo celebramos con unas chucherías.