Todas las instituciones, incluida la comunidad eclesial,
están llamadas a garantizar la libertad de elección para las mujeres, para que
tengan la posibilidad de asumir responsabilidades sociales y eclesiales, de
forma armónica con la vida familiar. Lo ha indicado el papa Francisco en el
discurso a los participantes de la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio de
la Cultura, que ha reflexionado estos días sobre “Las culturas femeninas: igualdad
y diferencia”. Un argumento que, según ha indicado el Papa, lo lleva muy en su
corazón. “Se trata de estudiar criterios y nuevas modalidades para que las
mujeres no se sientan huéspedes, sino plenamente participantes de los distintos
ámbitos de la vida social y eclesial”.