Los niños que no son hijos de Dios
Qué difícil es encabezar una carta a todo un Papa. Permítame
saludarle como lo haría su madre: Querido Jorge Mario: Necesito ponerme en
contacto contigo para desahogarme con un cristiano de buena ley, un cristiano
buena gente, como se suele decir por estas tierras españolas. Un cristiano
buena gente que le ha caído "el marrón" de ser Papa, perdón, obispo
de Roma que es como a ti te gusta definirte.
Hoy ando enfadada con la dogmática católica que impera y me
gustaría explicarte por qué. Hoy se ha confirmado mi hijo . Todo bien hasta que
el Ordinario del lugar, como tantas veces he oído a otros curas, dice eso tan
solemne de que "sólo el bautismo nos hace hijos de Dios". A mi lado
estaba mi sobrina con su niña de 3 años, aún sin bautizar. Su reacción dolorida
no se ha hecho esperar. La misma reacción tuve yo cuando embarazada de mi único
hijo, en un bautismo familiar el celebrante, jubiloso, exclamó: ¡Ahora Olga ya
es hija de Dios!. Llevé las palmas de mis manos a mi vientre preñado y susurré:
¿Y tú, hijo mío, no eres ya hijo de Dios?.