Francisco, el entrenador de los “atletas de Cristo”
Le encanta el fútbol, lo mamó de pequeño. Sabe de fútbol y
disfruta comparando la vida del cristiano con la del futbolista que, para
llegar al triunfo, tiene que entrenar, y duro. El símil del deporte rey
"en Brasil" y en el mundo, le sirvió a Francisco para ilusionar a sus
jóvenes y marcarles el camino que les convierta en "atletas de
Cristo" y "futboleros de Dios".
Lo tiene tan claro Francisco que así de directo se lo dijo a
sus "Papa-boys": "Jesús nos pide que juguemos en su equipo"
y "nos ofrece un premio mejor que la Copa del Mundo". Pero, pide algo
a cambio. Nada es gratis. Y lo que Cristo pide a cambio es entrenar en la
virtud. Con tres medios: oración, sacramentos y servicio a los demás.
Haciendo eso, "sudando la camiseta", el joven
católico puede llegar a la meta de "ser feliz" y de promover un
"mundo más justo". Eso sí, siempre que, además de entrenar,
"patee para adelante". Porque el Papa quiere que sus jóvenes no se
queden a la zaga de la lucha por un mundo mejor.