El Santo Padre, en su discurso a las órdenes de médicos de
España y América Latina, asegura que no se puede ceder a la “tentación
funcionalista” de aplicar “soluciones rápidas y drásticas”
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- La compasión es la respuesta
adecuada al valor inmenso de la persona enferma, una respuesta hecha de
respeto, comprensión y ternura, porque el valor sagrado de la vida del enfermo
no desaparece ni se oscurece nunca, sino que brilla con más resplandor
precisamente en su sufrimiento y en su desvalimiento.
Así lo ha asegurado el papa Francisco en su discurso, esta
mañana en el Vaticano, a los dirigentes de las órdenes de médicos de España y
América Latina, precisando que la compasión es de alguna manera el alma misma
de la medicina. “La compasión no es lástima, es padecer-con”, ha añadido.