Hoy no es demasiado tarde, y puedo aprovechar cada momento
para construir.
“Nunca es demasiado tarde”. Este lema por lo regular
equivale a un “siempre es posible”. A veces engendra frases conocidísimas como
“la última y nos vamos” o “mañana te pago”. Pero hablando en serio, cuando
posponemos nuestros objetivos por mucho tiempo constatamos que no “siempre”,
sino sólo “algunas veces”, todavía es posible. Algunas veces también es
demasiado tarde…
Quien ha tenido que repetir un año de la escuela por un
examen suspendido, quien ha perdido a un ser querido sin haberle dicho “te
quiero”, quien vive arrepentido de haber provocado un daño que no puede
reparar, comprende lo que significa “ya es demasiado tarde”.