Si queremos que no haya tanta violencia, cuidemos y
protejamos la familia
La violencia domina los escenarios. En la catedral de la
Ciudad de México, fue atacado un sacerdote mientras distribuía la sagrada
Comunión, celebrando la Misa. En el noroeste del país, fue asesinado otro
periodista, aumentando considerablemente los casos de comunicadores asesinados.
Los cárteles de las drogas y los grupos delictivos no se tientan el alma para
asesinar, desaparecer y amenazar a quien no se someta a sus mandatos. Los
noticieros y los medios informativos nos saturan con hechos violentos en
Guerrero, Tamaulipas, Michoacán, Veracruz, ¿y dónde no? En nuestro Chiapas, hay
violencia por confrontaciones todavía post-electorales, por división entre
organizaciones, por luchas entre transportistas, por la posesión de la tierra.
Y podríamos seguir enumerando casos y más casos.