(ACI).- “¿Somos cristianos de primavera que contemplan los
brotes del nuevo mundo, o cristianos de otoño que andan por la vida con la
mirada baja?”. El Papa Francisco lanzó esta pregunta a los fieles congregados
en el Aula Pablo VI, en el Vaticano en la Audiencia General de este miércoles,
en la que animó a no dejarse arrastrar por la nostalgia y, en cambio, mirar con
esperanza hacia la vida futura prometida por Jesús.
En su catequesis, el Pontífice reflexionó sobre el fragmento
del libro del Apocalipsis en el que se habla de la Jerusalén Celeste: “Esa
Jerusalén Celeste se imagina como una inmensa tienda donde Dios acogerá a todos
los hombres para vivir definitivamente con ellos”.