Él da las reglas y la gracia para poder ensanchar el corazón
para amar a imitación suya
Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net
Muchos hombres y mujeres al decidir unir sus vidas, inician
con la ilusión de ser un solo corazón, de vivir en armonía, de complementarse,
respetarse, amarse, en pocas palabras de lograr la excelencia en el vino de su
amor.
Algunos matrimonios al pasar el tiempo y al arribo de las
tormentas, contrariedades, pruebas. Sienten y es verdad que no les alcanza el
corazón para seguir amando a profundidad, para continuar alimentando y
creciendo en su entrega. Y confiados en sus propias fuerzas permiten que su amor
languidezca, se dañe de tal forma que el compromiso de amor inicial, quede
nublado.