Comencemos por nuestra familia, abracemos a cada uno de ellos y retornemos el propósito de la Navidad.
Catholic.net.-Nuevamente estamos a punto de celebrar la
Navidad, por todos lados vemos adornos y publicidad que nos invita a gastar
hasta lo que no tenemos en artículos que realmente no necesitamos, pero que
prometen traer felicidad, paz y armonía a nuestras vidas. Por supuesto que hay
mucha gente que se deja atrapar por el canto de las sirenas de la mercadotecnia
que deja al descubierto todas las necesidades creadas por el deseo de obtener
estatus, ya que una marca siempre será el diferenciador en el producto
adquirido por quien quiere ser distinto de los demás.