1/3/14

Lo que el Papa Francisco quiere que sean los obispos

En la celebración de la ordenación de un obispo, la Iglesia congregada, tras invocar al Espíritu Santo, pide que sea ordenado el candidato presentado. Quien preside pregunta entonces: «¿Tenéis el mandato?». En esta pregunta resuena el eco de lo que hizo el Señor: «Llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos…» (Mc 6, 7). En el fondo, la pregunta podría expresarse también así: «¿Estáis seguros de que su nombre ha sido pronunciado por el Señor? ¿Estáis seguros de que ha sido el Señor quien lo ha incluido entre los llamados a estar con él de manera singular y para encomendarle una misión que no es suya, sino que el Padre ha confiado al Señor?». 
1. Lo esencial en la misión de la Congregación de Obispos  

Esta Congregación existe para ayudar a escribir este mandato, que seguidamente resonará en tantas Iglesias y llevará alegría y esperanza al Pueblo santo de Dios. Esta Congregación existe para asegurarse de que el nombre de quien es elegido haya sido  pronunciado antes por el Señor. Esta es la gran misión encomendada a la Congregación para los Obispos, su cometido más importante: identificar a aquellos a los que el Espíritu Santo mismo confía la dirección de su Iglesia.