Es un hecho que casi ninguna
familia española ha escapado a las consecuencias de la crisis económica
mundial. El VIII Informe Foesa elaborado por Cáritas señala que se ha producido
un descenso de la renta media, que ha originado más empobrecimiento en nuestra
sociedad. La pobreza severa -vivir con menos de 307 euros al mes- alcanza ya a
tres millones de personas, el doble de los que estaban en esta situación antes
de la crisis.
Ante
esta escenario, la Conferencia Episcopal Española recuerda que la crisis está
infundiendo miedo al futuro y, no sólo por el problema del desempleo, sino
porque lo que subyace tras él es un cambio del modelo de sociedad y de persona.
Ya lo advirtió el Papa Francisco: «Algunos todavía defienden las teorías del
derrame, que suponen que todo crecimiento económico, favorecido por la libertad
del mercado, logra provocar por sí mismo mayor equidad e inclusión social en el
mundo. Está opinión, que jamás ha sido confirmada por los hechos, expresa una
confianza burda e ingenua en la bondad de quienes detentan el poder económico y
en los mecanismos sacralizados del sistema económico imperante».