(RV).- Para pedir perdón a Dios es necesario seguir la
enseñanza del “Padrenuestro”: arrepentirse con sinceridad de los propios
pecados, sabiendo que Dios perdona siempre, y perdonar a los demás con la misma
amplitud del corazón. Lo reafirmó el Papa Francisco durante su homilía de la
Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
La omnipotencia de Dios se detiene ante la puerta cerrada de
un corazón