31/5/15

Domingo de la Santísima Trinidad, por Ángel Moreno de Buenafuente



Hoy, como culmen de la celebración de los misterios pascuales, celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad. Es día de profesar la fe en el Dios revelado. “Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro” (Dt 4,39). 
No creemos en un Dios lejano, abstracto, proyección de nuestra necesidad religiosa. Hemos recibido el Espíritu, que nos relaciona con un Dios personal, entrañable, amigo, hermano. “Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo” (Rom 8,17).