(ACI).- Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San
Simón Stock, superior en ese entonces de los Carmelitas, se encontraba en
profunda oración rogando por sus religiosos perseguidos cuando la Virgen se le
apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó el escapulario.
Tiempo después la devoción a la Virgen del Carmen fue floreciendo
y la espiritualidad carmelita se extendió por varios lugares del mundo.