Ser misionero no es privilegio de unos pocos
Ya me queda muy lejos el hecho físico de haber dejado
familia, casa y país. Después de muchos años de misión, acabo de volver
definitivamente de África y me doy cuenta que, a lo largo de tantos años, me ha
hecho falta dejar mucho más que familia y país. He intentado, quedándome lejos
de lograrlo lo confieso, dejar-me a mí mismo.
La Misión tendría que ser siempre una ida y un retorno. Un
envío hacia el exterior para anunciar y dar testimonio. Una vuelta enriquecida
de la experiencia, capaz igualmente de transmitir los valores de otros mundos,
pueblos y comunidades.