La vida de oración
En el trabajo podemos hacer pequeños momentos de contacto
con el Señor, pequeños momentos de adoración.
Trabajo y oración
Finalidad del trabajo:
El trabajo debe
tener como finalidad la gloria de Dios.
Debemos trabajar con afán de verdad, de humildad, de entrega al Señor,
de caridad fraterna, para glorificar al Padre con nuestro trabajo.
El trabajo debe ser hecho únicamente por amor a Dios, para
gloria suya y no para nuestra propia gloria, ni para ser reconocidos y
apreciados, ni siquiera para sentirnos realizados.
Frecuentemente trabajamos de manera muy humana. Hay que lograr trabajar en un clima de
abandono en Dios. Así nuestro trabajo
puede unirse a nuestra adoración. En la
adoración reconocemos que nuestro trabajo es hecho únicamente por amor a Dios y
lo ofrendamos.