Los mitos heredados nunca mueren, como los viejos “cowboys”
del oeste. Uno de ellos, heredado por los filósofos de la Ilustración, es la
idea según la cual la ciencia moderna surge en el siglo XVII contrapuesta a la
“ignorancia científica y el oscurantismo medieval”. Sin embargo, las recientes
investigaciones sobre la historia de las ciencias están poniendo de relieve
hasta qué punto el cristianismo influyó en el nacimiento de la ciencia. Los
comienzos de la revolución científica suelen situarse con la fundación de la
“Royal Society” (1600), primera institución científica moderna, y la primera
edición de los “Principia” de Isaac Newton (1687), como modelo de la nueva
mecánica y la astronomía y de las demás ciencias experimentales. Los
historiadores se han preguntado: ¿qué hizo posible que la “revolución
científica” naciera en este lugar y en este momento?