(ACI).- Todo inicia exactamente hace 35 años. La noche del
13 de mayo de 1981, mientras San Juan Pablo II está entre la vida y la muerte
en el Policlínico Gemelli después del atentado en la Plaza de San Pedro. Justo ahí,
en esa misma plaza miles de personas rezan juntas el Rosario a la Virgen de
Fátima.
Año tras año la cita se vuelve infaltable para agradecer el
milagro, para rezar por el Papa. De la pequeña parroquia de Santa Ana en el
Vaticano se desata una pequeña procesión cada noche del 13 de mayo, recitando
el rosario, hasta llegar a las ventanas del Palacio Apostólico.