22/8/13

Ventajas de la confesión frecuente

La confesión frecuente puede servirnos para conocernos mejor, haciéndonos afinar en nuestros exámenes de conciencia y fortificando nuestra voluntad al reforzar nuestro propósito.



La historia del Sacramento de la Penitencia nos muestra que éste era recibido no sólo por quien había pecado gravemente, sino también por aquéllos que, conscientes de su negligencia y tibieza, así como de su alejamiento del amor de Dios, querían ponerse responsablemente ante sus faltas, y por su acusación y la exhortación del confesor, dar nuevo impulso a su vida espiritual. Esta unión entre confesión, absolución y dirección es eclesialmente muy significativa, ya que cuanto más seriamente nos tomamos los mandamientos de Cristo, tanto más advertimos nuestra propia insuficiencia, defectos y pecabilidad. La celebración de este sacramento es un acto por el que la Iglesia proclama su fe y da gracias a Dios porque Cristo nos liberó del pecado. Los santos han tenido siempre una conciencia clara de ser pecadores, porque la medida de su conducta era el amor de Dios. 
La virtud de la penitencia nos sitúa ante el Señor como Salvador, y si bien nos sentimos pecadores, son nuestros pecados los que han hecho que Cristo haya venido, estableciendo una relación de amor más profunda e íntima que anteriormente. El sacramento de la Penitencia es un camino de profundización de nuestra vida espiritual, de volver a Dios y de reconciliación con los otros.