El Papa Francisco advirtió a los que ostentan el poder
económico y financiero que “la usura es un pecado grave” porque “mata la vida,
pisotea la dignidad de las personas, es vehículo de corrupción e impide el bien
común”.
Por ello, invitó a las autoridades de los países a que tomen
las medidas pertinentes para evitar estos comportamientos que, al igual que
otras actitudes corruptas e inmorales en el ámbito de la economía, se
encuentran detrás de las graves crisis económicas y financieras que atenazan el
mundo.